Para los ecuatorianos vivir en Argentina causa asombro especialmente en lo gastronómico. No hay variedad todo se concentra en: quesos, carne, vino, pure de zapallo o papa y pan duro. Ni piensen en frutas, peor en pescado fresco y menos en atún, que es feo, nada que ver con el ecuatoriano. Les cuento lo que me pasó el otro día en un restaurante en la provincia de Santa Fé, al norte de Buenos Aires. Pedí un desayuno americano (café, queso, jamón, pan, huevos y un vaso de jugo de naranja) , tratanto de variar y de alimentarme. En la foto se lo veía delicioso y apetitoso, sin embargo, cuando la mesera me lo sirvió me devolvió a la realidad. La taza de café parecía de juguete, tuve que agarrarla con las yemas de los dedos para sosternerla. Pero lo que más me impactó fue el vaso de jugo de naranja que era tan pequeño que pensé que era una broma porque ese vasito parecía más un adorno de cristal, pero no, aquí en Argentina a mi parecer comen poco, creo que tienen estómago muy pequeño porque es común desayunar una tazita de café con dos panes pequeños (mediaslunas) y nada más. Como extraño los desayunos ecuatorianos con carne, arroz, huevos fritos, doble vaso de jugo de casi ,medio litro, pan, frutas y más arroz de yapa. Para los ecuatorianos que vienen a vivir en Argentina lo que más les duele es la comida y aquí un pequeño ejemplo de las sorpresas gastronómicas; salvo el asado el resto no tiene comparación con la cocina ecuatoriana.
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