Cuando empecé la carrera de Comunicación Social, octubre de 1997, escuchaba incrédulo las primeras voces que hablaban del fin de los periódicos de papel. En esa época, a esas voces, las tomé a la ligera y no pasó de una discusión mínima. Pero ahora, 11 años después, esas profesías parecen que se van a cumplir. Y más aún, cuando en Estados Unidos se han cerrado varios periódicos. Uno de ellos, el 'Christian Science Monitor' un periódico tradicional de ese país que desde abril del 2009 solo se podrá leer en internet. Eso plantea un reto a los periódicos tradicionales y a los periodístas en un mundo que apunta a lo multimedia. Es más, no se debe olvidar que en los últimos años una buena parte de la publicidad del papel se ha volcado al internet. Esto lo analiza Steve Ballmer quien incluso se anima a afirmar que los medios pueden desaparecer al momento que la publicidad se vuelque al internet. Y finalmente, el más trágico de todos es Philip Meyer quien sostiene que en el 2043 circulará el último periódico. Todas las posiciones tienen sustento y a mi como periodista me causan miedo. Sé que la alternativa a los blogs, el periodismo ciudadano y todo lo que sea pseudoperiodismo será mejorar las historias, las investigaciones y la credibilidad en los periódicos que son fundamentales para controlar el poder. Y lo que me apena, es que en mi universidad todavía siguen con el pénsum de los 90' y estas discusiones son efímeras- Y menos aún, los futuros periodistas (a los que se les enseña a cumplir con las 5 w) no están preparados para competir en este mundo multimedia. Ojalá que las profesías del fin de los periódicos no se cumplan, pues no concibo un mundo sin el papel para leer.
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